Cuando un ramo de flores es un Ramo de Flores

Cuando un ramo de flores es un Ramo de Flores

En nuestro primer artículo de este proyecto llamado *Asterisco queremos hablar de ramos de flores… os preguntaréis ¿Ramos de flores? Y nosotros os contestaremos de forma tajante: “Sí, Ramos de Flores”, con mayúsculas. Y terminaremos con una sencilla pregunta “¿Y por qué no?

Iniciamos nuestro camino con un artículo sobre los Ramos de Flores en mayúsculas. Nos referimos a un caso en concreto, a una floristería que destaca por ofrecer exactamente lo que vende, lo que publicita. Los Ramos de Flores de la floristería Las Camelias son de una calidad excepcional, sin asteriscos y sin letra pequeña.

Antecedente al ramo de flores

Nuestro amigo Alfonso – del que no queremos dar más datos por ahora –, inició una nueva relación hace poco tiempo y quiso esforzarse al máximo para que su nueva relación tuviera éxito. Dando algo más de información sobre nuestro amigo Alfonso, también diremos que es un romántico empedernido que enamoró a su actual pareja – y a otra decena de parejas anteriores – enviándola cartas de amor inofensivas, perfumadas y anónimas. Pasado un mes de envío diario de cartas, nuestro amigo Alfonso decidió darse a conocer y descubrir el pastel. Para este día tan señalado, nuestro amigo Alfonso había quedado con su actual pareja en la Plaza de Oriente, junto a la estatua ecuestre de Felipe IV. Si no sabéis a la plaza la que me refiero y la estatua situada en la misma, podéis ver la siguiente foto:

Cuando un ramo de flores es un Ramo de Flores

Al lugar de la cita, nuestro amigo Alfonso acudiría vestido de traje blanco, camisa negra y pajarita rosa – todo hecho un dandi y también un hortera –, con una caja de bombones de chocolate blanco y un perfecto ramo de flores de rosas rojas.

El primer ramo de flores

A esta parte de la historia la hemos querido llamar “el primer ramo de flores” porque por suerte hubo un segundo. Y es que Alfonso realizó la compra por internet en una floristería cercana al lugar del encuentro y acudió a recogerlas unas horas antes del encuentro con su amada.

Al llegar a la floristería se encontró con un dependiente áspero y mal humorado que le entregó un pequeño ramo de flores de rosas en un estado – que nuestro amigo Alfonso – calificó de “penoso”. Alarmado y preocupado, reclamó ante el dependiente sin éxito. La foto que aparecía en la web no tenía nada que ver con el ramo de flores que había recogido. En la letra pequeña de la web en la que hizo el pedido, dentro de las condiciones generales de contratación podía leerse la terrible frase: “las fotos del producto no reflejan fielmente la estética del producto”. Pero nuestro amigo Alfonso no se había percatado de esta minúscula advertencia oculta en una sección escondida en el mapa web de la floristería.

El segundo Ramo de Flores

Nuestro amigo Alfonso decidió buscar en su móvil otra floristería que pudiera solventar con la mayor brevedad posible el desaguisado y tuvo la suerte, de encontrarse con la web y la atención personalizada de la Floristería Las Camelias. Al visitar su web, vio el ramo de flores compuesto con 12 rosas rojas perfecto para la ocasión. Pero como el tiempo apremiaba optó por llamar a la floristería. Le atendió una chica muy maja que le atendió a la perfección y se comprometió a tener su ramo de flores listo a tiempo para su cita.

Alfonso se acercó corriendo a la floristería y la dependiente ya tenía preparado su ramo de rosas rojas. Un ramo de flores perfecto, con las rosas recién regadas de un color rojo carmín y con un tallo verde precioso. Un auténtico Ramo de Flores en mayúsculas, fiel reflejo de la foto que aparecía en su web, sin asteriscos, sin letra pequeña y con una atención profesional y veloz.

Al final…

Pues al final, y como avanzamos al comenzar este artículo, nuestro amigo Alfonso triunfó en su cita, con su atuendo, su caja de bombones y su Ramo de Flores.

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